lunes, 11 de julio de 2016

El día que Cristiano Ronaldo se consagró como una leyenda del fútbol

El domingo 10 de julio, Cristiano Ronaldo hizo historia y demostró que es uno de los mejores jugadores y lideres de todos los tiempos. El icónico número 7 levantó su primer título a nivel selección y aunque no fue factor directo sobre la cancha, supo inspirar a sus compañeros y los llevó a la gloria europea.


Al rededor del minuto 6 del primer tiempo de la final de la Eurocopa entre Francia y Portugal, Dimitri Payet llegó a cerrarle el paso y a robarle el balón a Cristiano Ronaldo, en la jugada el mediocampista francés le chocó la rodilla  al lusitano y le causó un esguince de primer grado.

El capitán de la selección portuguesa intentó aguantar el dolor, recibió la atención del cuerpo médico y le vendaron la zona lastimada, pero no pudo continuar en la cancha y entre lágrimas pidió el cambio y salió del terreno de juego al minuto 22.


Portugal se enfrentaba a un panorama negro, con Cristiano Ronaldo en cancha, Rui Patrício ya había salvado un remate de Antoine Griezman; sin Ronaldo en cancha a los portugueses sólo quedaba esperar y rezar por un milagro.

Portugal hizo la heroica, aguantó y neutralizó el ataque de Francia hombre por hombre. Cerca del final del tiempo reglamentario, Andre-Pierre Gignac tuvo un disparo cruzado que se estrelló en el poste. En la repetición en cámara lenta se llega a apreciar como Rui Patrício y Pepe seguían la trayectoria del balón, rogando que no entrara y destruyera su sueño de gritar ¡campeón!. Repito, el balón se estrelló en el poste, la defensa despejó el rebote y el partido se fue a tiempos extra.


Durante el descanso para refrescar las piernas, Cristiano Ronaldo salió del vestuario con un vendaje de protección en la rodilla y fue a alentar a cada uno de sus jugadores. Cuando el árbitro anunció el inicio de la prórroga, Ronaldo pasó a ocupar un lugar en el banquillo.


En el primer tiempo extra, Pepé tuvo un remate de cadeza que rozó la red por fuera, engañó a algunos cuantos que gritaron gol, pero toda Francia volvió a respirar cuando el juez de línea levantó su banderín y marcó el fuera de lugar.

Los minutos pasaron, Raphael Guerreiro reventó el travesaño con un tiro libre, Luis Nani la tuvo tras un tiro de esquina, Eder dejó pasar un rebote dentro del área chica... Todo el mundo estaba expectante y en la jugada menos esperada, llegó el gol de la victoria.

Eder tomó el balón, ningún compañero le acompañaba y a la marca le cayeron un sinfín de franceses; de alguna manera, con el corazón por delante, se burló a unos rivales, se creó un espacio y justo antes de caer sacó un disparo razo al poste de Hugo Lloris... Colocación y potencia, ese disparo se incrustó en la portería y le dio la gloria europea a Portugal.

Eder corrió a celebrar con sus compañeros, la afición explotó y solo restaba aguantar hasta el final. En esos últimos minutos, en la banca de Portugal nació un nuevo auxiliar técnico: Cristiano Ronaldo. El capitán lusitano se puso de pie, dio indicaciones, alentó a sus compañeros, dialogó con su estratega y a la Ferguson presionó al cuarto juez con el reloj.

Foto | Metro

Dos minutos de tiempo agregado, una tarjeta amarilla a Rui Patrício por hacer tiempo, un despeje del portero que se perdió pasada la media cancha y el silbatazo final de un partido que Portugal ganó con el corazón por delante.


Al sonar ese silbatazo Cristiano Ronaldo le enseñó al mundo una lección: la única forma de ganar es luchar hasta el final desde la trinchera que te toque y nunca rendirte, por más oscuro que luzca el panorama.

Por primera vez en mucho tiempo, el mundo entero pudo ver al verdadero Cristiano Ronaldo y no al rico, guapo y arrogante futbolista.

Cristiano dejó ver su espíritu, su esencia. Dejo ver a ese niño que tuvo que abandonar su hogar en Funchal para luchar por su sueño de ser futbolista. Nos recordó al muchacho que desde 2004 ha cargado con las esperanzas de una nación entera. Dejo ver al chico que perdió a su padre y se hizo cargo de su familia a muy temprana edad. Al hombre que superó las adversidades y que alcanzó todos sus sueños.


Una historia única en la que los fracasos han jugado un rol muy importante. Nadie puede olvidar la cara de Cristiano Ronaldo cuando falló en penal en la final de la Champions League 2007/08 frente a Chelsea, ni las lágrimas de impotencia que inundaron su cara al perder la final al año siguiente frente al Barcelona. El enojo y la frustración también estuvieron presentes cuando los catalanes dejaron en ridículo al Real Madrid de los 100 puntos.


Desde sus tiempos en Inglaterra con Manchester United hasta el día de hoy, Cristiano Ronaldo ha aguantado cada una de las críticas y menospreciaciones por parte de aficionados rivales y la prensa en general. Fracasos que moldearon su carácter y lo impulsaron a lograr lo que los demás le dijeron que era imposible.

A la par de los fracasos han habido victorias espectaculares. En sus vitrinas, Cristiano Ronaldo tiene tres títulos de Champions League y cada uno de los trofeos locales de Inglaterra y España. Éxitos que lo ponen como un ganador, pero que no cumplían del todo con la promesa que el jugador le hizo a su padre: darle un título a Portugal.

Cristiano Ronaldo perdió la final de la Eurocopa 2004 frente a su gente, se quedó corto en el Mundial de Alemania 2006, paso de largo en la Euro de 2008 en Holanda, cayó ante Brasil en Sudáfrica, no pudo con España en la Euro de Polonia y Ucrania, en Brasil 2014 tampoco pudo trascender con su selección.

En Francia ni el más optimista de los aficionados de Cristiano o de Portugal, ponía a la selección lusitana como favorita al título. Los hombres de rojo y verde clasificaron como tercer lugar a la fase de eliminación directa sin ganar un sólo partido, evitaron la parte fuerte del cuadro y con victorias más que apretadas llegaron hasta la final. Justo o no, lo cierto es que este Portugal nunca dejó de creer, nunca dejó de luchar, hizo lo que tenía que hacer y se proclamó campeón de la Eurocopa.


Asombroso es ver como Cristiano Ronaldo y Luis Nani le transmitieron al resto de su equipo la filosofía del "Fergie Time". Sir Alex Ferguson fue una figura paterna para ambos jugadores, los ayudó a superar etapas complicadas de sus vidas, los formó como futbolistas y ganadores. Siempre creer, nunca rendirse, dar lo mejores de sí, el legado de Ferguson.


Volviendo de lleno al número 7 y para finalizar esta pieza... El 10 de julio de 2016, Cristiano Ronaldo dejó de un lado al propio Cristiano Ronaldo y priorizó a su equipo. No pudo luchar en el terreno de juego, pero logró canalizar cada una de las experiencias y cada uno de los aprendizajes que ha tenido a lo largo de su carrera, canalizó la pasión y el amor que siente por el fútbol, el agradecimiento y el aprecio que siente por sus compañeros, su compromiso con Portugal, Cristiano Ronaldo se convirtió en un líder, se convirtió en una leyenda...


Lo de menos es que gane el Balón de Oro 2015/16. Hoy lo que importa es que Cristiano Ronaldo se consagró como uno de los mejores jugadores del mundo, le cumplió una promesa a su padre e inspiró a un sinfín de personas que ahora saben que puedes ganar, siempre y cuando no te rindas.


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